Lo primero que hago cada mañana, incluso antes de levantarme de la cama, es coger mi teléfono y mirar las últimas noticias. Normalmente, no suelen sorprenderme, pero hoy ha habido una que lo ha hecho: "Las mujeres de Arabia Saudí podrán conducir".
Sinceramente, es algo que me parece surrealista. Automáticamente, mi cerebro empieza a funcionar y las preguntas se acumulan en mi cabeza, aunque sobresale una de ellas: ¿cómo puede una sociedad, en pleno siglo XXI, seguir viviendo de una manera tan atrasada?
En este momento pienso, también, que no es algo que debiera sorprenderme.
Allí, las mujeres apenas tienen derechos. Los hombres mandan sobre ellas. Si el marido, padre, e incluso el hermano, así lo decide, la mujer debe cubrirse por completo. De hecho, recuerdo haber visto a alguna a la que solo se le veían los ojos. Nada de enseñar el pelo, pues se considera una provocación.
Sin embargo, otra pregunta aparece en mi mente: ¿qué tipo de limitaciones conlleva esta ley? Porque, si la mujer, allí, no puede hacer nada por sí misma (salvo cuidar a los niños y servir, sí, servir, a los hombres), ¿cómo van a permitir que coja un coche? Seguramente, será indispensable que un hombre las acompañe.
Justo en este instante se me viene a la cabeza algo que una amiga, que estuvo de vacaciones allí hace unos meses, me contó. Ella siempre había querido recorrer mundo, y sus padres son del mismo parecer; así que, su destino sería Arabia Saudí, algo con lo que no estaba muy de acuerdo debido a la diferencia de culturas. Tenía claro que no iba a poder salir sola a la calle, pues allí la mujer debe ir siempre acompañada si no quiere tener problemas. Pues bien, las vacaciones, según me contó en una cafetería de Madrid, fueron geniales. Pero hubo algo que no olvidaría nunca y que marcó ese viaje: El tercer día salieron a dar un paseo. Obviamente, siempre acompañada de su padre. Todo iba de maravillas hasta que un grupo de hombres se acercó a ellos. Al principio, ella pensó que iban en busca de comida o de algo de dinero. Pero no. No podía estar más equivocada. Aquel grupo buscaba algo bien distinto y así se lo hicieron saber a su padre. Una vez se hubieron desecho de ellos, su padre le explicó lo que querían: "Me han preguntado cuánto costaba pasar un rato a solas contigo".
En ese momento, lo recuerdo, se me atragantó el café.
Quiero creer que no todos los hombres de allí son así. Pero me cuesta.
Acabo de darme cuenta de que llevo más de una hora pegada al teléfono pensando en este tema. Debería levantarme ya de la cama, más que nada porque voy a llegar tarde. Tras estas reflexiones, creo que mi conclusión es que esto puede tratarse de un pequeño, casi insignificante, paso para la humanidad; pero un gran paso para la mujer en Arabia Saudí.
Arabia Saudí permitirá conducir a las mujeres. Fuente: DW (Español)
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